Ayer tuve el placer de ver Malditos Bastardos, de Quentin Tarantino. Entiendo que lo de "el placer" es altamente opinable, y como sé que no soy ningún entendido en la materia siempre he huido de hablar aquí sobre cine, por muy cerca que esté del mundo rolero, así que hoy tampoco lo haré. Pero en la película de ayer hubo un personaje que llamó mi atención profundamente. Hablo del Coronel Hans Landa, interpretado magníficamente por un para mí desconocido Christoph Waltz. Aviso: El contenido de este artículo puede incluir contenido revelador acerca del argumento de la película.
Nos encontramos desde la primera escena con un personaje estúpidamente simpático, de comportamiento rozando el ridículo y poco propio del "cazador de judíos" que ha creado tanta fama. Además coronel de las SS ni más ni menos. Nada más encontrarse con el sr. LaPadite vemos cómo entra a la casa con ánimo jovial, pide leche como refrigerio y alaba las virtudes de la familia como si estuviera allí por el puro trámite que viene anunciando. Pero sin embargo, la cara del sr. LaPadite se va transformando según hablan y el coronel Landa se va descubriendo como el astuto perro de presa que resulta ser.
El mismo olfato demuestra posteriormente en la investigación de la taberna en el sótano y cómo en la posterior conversación en la entrada del teatro va acorralando a la srta. Von Hammersmark hasta que es evidente que ella misma se va metiendo cada vez más en un callejón sin salida.
Pero esta sagacidad no sería más que una pincelada de personaje si no fuera porque está acompañada de una personalidad de lo más extraña, que enmascara la peligrosidad del cargo que ostenta. Una mezcla entre inocencia extrema, amaneramiento y presunta estupidez, que le convierten en un personaje de lo más aterrador capaz de tenerte agarrado al asiento cada vez que aparece en pantalla.
Llevándolo a nuestro terreno (que es a fin de cuenta a lo que nos dedicamos aquí) podemos utilizar un perfil como este como archienemigo de los jugadores, utilizando toda la información que tenemos como directores y mostrando cómo él, de forma aparentemente inocente, va preguntando a los jugadores de modo que descubran su coartada. Detective de policia, jefe de la guardia, coronel del imperio galáctico: Cualquier profesión que ostente un alto cargo y represente algún tipo de autoridad es buena para presionar a los jugadores cuando estos han hecho algo ilegal (que como sabemos, suele ser la mayoría de las veces)
También es importante que como directores sepamos recrear tales situaciones. No voy a entrar a valorar a Quentin Tarantino en ese aspecto, pero en los tres encuentros que el coronel Hans Landa tiene con presuntos culpables (los dos anteriormente mencionados y la pequeña entrevista que mantiene con Shosanna en el café) el ambiente está acompañado por algún elemento que no termina de encajar, y lo convierte en algo "extraño": El vaso de leche, el pastel con nada o el zapato de la cenicienta, son cosas que en otra situación serían ridículas, pero que aquí consiguen darle más tensión a la escena, sin saber cuándo va a explotar.
Nos encontramos desde la primera escena con un personaje estúpidamente simpático, de comportamiento rozando el ridículo y poco propio del "cazador de judíos" que ha creado tanta fama. Además coronel de las SS ni más ni menos. Nada más encontrarse con el sr. LaPadite vemos cómo entra a la casa con ánimo jovial, pide leche como refrigerio y alaba las virtudes de la familia como si estuviera allí por el puro trámite que viene anunciando. Pero sin embargo, la cara del sr. LaPadite se va transformando según hablan y el coronel Landa se va descubriendo como el astuto perro de presa que resulta ser.
El mismo olfato demuestra posteriormente en la investigación de la taberna en el sótano y cómo en la posterior conversación en la entrada del teatro va acorralando a la srta. Von Hammersmark hasta que es evidente que ella misma se va metiendo cada vez más en un callejón sin salida.
Pero esta sagacidad no sería más que una pincelada de personaje si no fuera porque está acompañada de una personalidad de lo más extraña, que enmascara la peligrosidad del cargo que ostenta. Una mezcla entre inocencia extrema, amaneramiento y presunta estupidez, que le convierten en un personaje de lo más aterrador capaz de tenerte agarrado al asiento cada vez que aparece en pantalla.
Llevándolo a nuestro terreno (que es a fin de cuenta a lo que nos dedicamos aquí) podemos utilizar un perfil como este como archienemigo de los jugadores, utilizando toda la información que tenemos como directores y mostrando cómo él, de forma aparentemente inocente, va preguntando a los jugadores de modo que descubran su coartada. Detective de policia, jefe de la guardia, coronel del imperio galáctico: Cualquier profesión que ostente un alto cargo y represente algún tipo de autoridad es buena para presionar a los jugadores cuando estos han hecho algo ilegal (que como sabemos, suele ser la mayoría de las veces)
También es importante que como directores sepamos recrear tales situaciones. No voy a entrar a valorar a Quentin Tarantino en ese aspecto, pero en los tres encuentros que el coronel Hans Landa tiene con presuntos culpables (los dos anteriormente mencionados y la pequeña entrevista que mantiene con Shosanna en el café) el ambiente está acompañado por algún elemento que no termina de encajar, y lo convierte en algo "extraño": El vaso de leche, el pastel con nada o el zapato de la cenicienta, son cosas que en otra situación serían ridículas, pero que aquí consiguen darle más tensión a la escena, sin saber cuándo va a explotar.
Si alguna vez os decidís a incluir un perfil como este como enemigo de los jugadores, os invito a que nos hagáis saber por aquí qué tal os ha ido la experiencia.
Maravilloso articulo y maravillosa idea la de examinar distintos personajes malvados del cine y coquetear con la idea de introducirlos en partidas de rol.
ResponderEliminarSeguire estos articulos con mucha atención