El villano del mes: Magneto

¡No os lo vais a creer, el mes pasado olvidé la entrada de El villano del mes! Sí, tengo una cabeza que es un desastre, espero que podáis disculparme. Así que como mi día de posteo (oficial, los días que me escabullo por aquí con nocturnidad y alevosía son otra cosa) es el viernes, hoy os traigo un villano para que olvidéis el lapsus del mes pasado: Magneto.

El malo de los chicos X lleva con nosotros desde 1963, cuando de la mano de Stan Lee y Jack Kirby comenzó a poner en aprietos al bueno de Xavier y los demás.

Con una infancia en los campos de concentración y un desarrollo que incluye una hija fallecida, una esposa que huye tratando de ocultar a sus dos hijos de él y una sincera amistad con el que sería su archienemigo, Magneto ofrece para los directores de rol algo más que un villano.

Es cierto que tiene varias similitudes con Ra's Al Ghul: todo el tema de la megalomanía, el retorcido código moral y el convencimiento de que hace siempre lo correcto (no os fiéis de nadie que siempre tiene razón y que no sea una deidad), pero con Magneto la cosa es diferente. Lo primero es que Magneto tiene per se un poder acojonante increíble (algo de lo que carece nuestro amigo Ra's, que sólo se basa en sus secuaces y su inteligencia), y que no duda en hacer uso de él cuando la situación lo requiere. Sí, es condenadamente listo y todo eso, pero cuando puede sacar el adamantium de lobezno por los poros de su piel uno empieza a reordenar su escala de tipos duros Marvel.

Además, Magneto cree que está haciendo un bien. Un tipo muy particular de bien, pero un bien al fin y al cabo. Él se siente víctima, y, por tanto, actúa para defenderse a él y a los suyos. El típico perfil de terrorista, vamos. Pero no pensemos en eso como una desventaja (en lo que a términos de villanos se refiere), el terrorista tiene una convicción interior por lo que hace que no se puede comprar con el dinero, y que (por mucho que le pese al calvito) no hay manera de hacerle cambiar.

Por si todo lo anterior fuera poco, Magneto no está rodeado de incompetentes como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones con los villanos (pobre Kingpin), sino que sus secuaces son mutantes de primer orden que ponen en aprietos a los X-Men y han cosechado alguna que otra victoria. Vale, al final siempre pierden, pero alguna que otra victoria marginal se han llevado para casa.

Todas estas razones deberían ser suficientes para convenceros de que un villano con una personalidad inspirada en la de nuestro amigo Max tiene mucho que ofrecer en vuestras partidas de rol sean cuales fueren, pero si todo eso no os vale siempre podéis usar al original: En el juego de rol Marvel Universe (en cuyas dulces redes varios compañeros blogueros (aquí y aquí) ya han caído) Magneto tiene Maestría del Magnetismo 9, una Fuerza efectiva de 9 manejando objetos de metal (para los que no conozcáis el sistema, es la misma que la de La Cosa), Volar 8 y un casco que anula la Telepatía. Vamos, el típico tío que no querrías encontrarte en un callejón. Si además le añades al bueno de Dientes de Sable y a la dulce Mística haciendo las labores más sucias, tendréis a un villano de esos que es difícil quitarse de la cabeza aún cuando ha acabado la partida. Disfrutadlo.