Ayer dejábamos este minicurso en la parte más interesante: Justo cuando íbamos a empezar a pintar. No nos demoremos más y continuemos en ese punto:
5.- Capas base: Vamos a empezar por lo más sencillo, pintar las zonas más grandes de la miniatura con un color que va a servir de base a las tonalidades que le daremos más adelante. Si tenemos el típico explorador elfo que parece el primo de Peter Pan, elegimos un verde para los pantalones, otro más claro para la casaca y un color carne para brazos y cara. Con bastante cuidado iremos aplicando la pintura en cada zona, limpiando bien el pincel cada vez que cambiemos de color, y sin preocuparnos porque las cosas parezcan "planas". Afortunadamente estamos hablando de una figura tridimensional y si no lo hacéis excesivamente mal la cosa ya irá teniendo una pinta presentable.
Muy importante: Orden de pintado. Cuando una parte de la miniatura se sobrepone a otra (como una chaqueta que va por encima de un pantalón) hay que empezar pintando la que esté debajo, de modo que la nueva pueda "pisar" la ya existente si es necesario. Ten en cuenta que cuando la capa de arriba sea más clara que la de abajo puede costar más de una mano que cubra la pintura que ya hay.
6.- Aplicar otros tonos: Si pintas una miniatura únicamente con colores planos puede que quedes bastante satisfecho con el resultado (sobre todo comparándolo con cuando no estaba pintada) y no quieras atreverte a continuar por miedo a estropearlo. Hazlo igualmente. Para hacer una tortilla hay que romper algún huevo, y piensa que mucho más satisfecho estarás cuando el trabajo esté más acabado.
Cuando tengas un objeto con recovecos (como una capa, unos pantalones o una armadura) es recomendable que pintes primero toda la superficie con un tono oscuro del color que vayas a aplicar (o mantengas la imprimación si ésta ha sido negra) y posteriormente vayas utilizando colores más claros en las zonas que estén más expuestas a la luz. Esta sencilla técnica es muy efectista y produce resultados muy buenos sin tener que ser un maestro del pincel.
7.- Lavado de tinta: Lo que algunos consideran como una "técnica avanzada" en mi opinión es tan sencillo que debe formar parte de cualquier pintado, por somero que éste sea. Empecemos por el principio: La tinta es una pintura muy diluida en agua, que las casas de pinturas para miniaturas comercializan directamente.Para dar un lavado de tinta prácticamente no tienes que hacer nada. Elige una zona de la miniatura que tenga recovecos propios de su tectura (como la piel, el cuero o la madera) y una tinta del mismo color que el objeto, aunque más oscura. Moja el pincel abundantemente en la tinta y cubre la zona por completo. Observarás cómo la tinta va ocupando los huecos haciendo que éstos se muestren más oscuros. Cuando seque, el efecto de la tinta se apaga un poco, quedando más natural. Fácil y efectivo.
(En algunos de los kits de iniciación de los que hablábamos ayer se incluyen uno o dos botes de tinta, pero esto no siempre es así: No te preocupes, hacer tinta no es complicado, símplemente mezcla agua con una pizca de pintura. Una vez la utilices puede que descubras que la mezcla no está suficientemente cargada. Si es así vierte un poco más de pintura e inténtalo de nuevo.)
8.- Barniz: Cuando creas que tu miniatura está acabada hay que barnizarla. Princpalmente esto es para proteger la pintura y que no se descascarille al entrar en contacto con otras miniaturas, se caigan de su posición o sean golpeadas por un dado asesino (el terror de cualquier ejército) Lo más sencillo es aplicar barniz mate a toda la miniatura y ya está. Aún así, existe barniz con brillo, por si quieres aplicarlo a algunas zonas (como armas o armaduras) o a una miniatura entera, para que parezca que está mojada. Si estás empezando no te comas la cabeza: Barniz mate a todo y a volar, la diferencia no se nota tanto.
9.- Peana: Aunque no lo parezca, la peana marca mucho la diferencia entre una miniatura bien pintada y una digna de poner en una vitrina. Y es muy sencillo. Como anteriormente, la opción más sencilla es muy efectiva, y no hace falta que gastes tu dinero en cesped electrostático, que sí, es muy bonito, pero también muy caro. Lo que desde aquí os proponemos es que primero pintéis la peana del color que queráis que tenga toda ella (no vamos a decorar los cantos, así que ese color será el que se vea). Lo hacemos por toda la peana porque es posible que no la cubramos entera con los elements decorativos, y queda muy feo que se vea el plástico de debajo. Ahora echáis cola blanca (cola de carpintero) sobre la superficie de la peana y luego o bien sumergís la peana en arena o vais colocando pequeñas piedras (como piedras de gato) con cuidado sobre ella. Hay una tercera opción, que es sumergir la peana en piedras de gato, pero el resultado no es siempre el adecuado, son demasiado grandes para que queden bien si se deja al azar.
También podéis mezclar ambas técnicas, colocando primero arena a toda la superficie y luego alguna piedra. Una vez lo tengáis a vuestro gusto es opcional pintarlas. Pintar una piedra de color piedra es una estupidez, pero a lo mejor queréis arena más dorada de lo que la tenéis o habéis mezclado arena con piedras y queréis que todo tenga el mismo color.
Y por hoy eso es todo, con este capítulo y el de ayer tenéis todo lo que hace falta para obtener unos resultados bastante buenos decorando vuestras miniaturas. Aún así, para los más exigentes, mañana daremos los trucos de los profesionales.
La verdad es que no me había planteado nunca lo de la peana, y parece bastante sencillo. Ahora lo primero voy a pintar, luego ya os contaré!
ResponderEliminarYo pintaba mogollón, hasta me hice un cobertizo con madera de balsa superchulo, de esos que salían enla White Dwarf, con arbolitos y todo... pero un día lo dejé... y a veces me pica el gusanillo
ResponderEliminar